Seattle Seahawks se llevó una emocionante victoria sobre los Arizona Cardinals en el State Farm Stadium en un final que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos.
El pateador Jayson Myers, tras un momento de tensión, tuvo la oportunidad de redimirse, anotando un gol de campo decisivo en los últimos segundos, cerrando el partido con un marcador de 23-20 y asegurando así la tercera victoria de la temporada para su equipo.
Drama en los minutos finales
La tensión aumentó en el campo tras un error de Myers, quien había fallado un gol de campo crucial de 53 yardas con poco más de tres minutos restantes en el reloj. Esa falla encendió las esperanzas de los Cardinals, liderados por Kyler Murray, quien orquestó una ofensiva impresionante de 16 jugadas que avanzó 57 yardas.
Murray encontró a Emari Demercado en la zona de anotación con un pase de siete yardas, empatando el partido a tan solo 30 segundos del final.
La redención de Myers
A pesar del revés y el empate inminente, los Seahawks no se dejaron amedrentar. Sam Darnold, el mariscal de campo, tomó el control y lanzó un profundo pase de 22 yardas a Jaxon Smith-Njigba, quien, con gran habilidad, salió del campo para detener el reloj en la yarda 38 del campo rival. Zach Charbonnet fue fundamental en ese último drive, avanzando cuatro yardas más para dejar todo en manos de Myers.
El pateador se enfrentó a una situación crítica desde la misma distancia que había fallado previamente (52 yardas). Pero esta vez no erró; con gran precisión, el balón atravesó los postes, sellando la victoria de los Seahawks y dejando a los Cardinals con su primera derrota en casa.
Actuación destacada de los Quarterbarcks
Darnold tuvo una destacada actuación, completando 18 de 30 pases para un total de 242 yardas, con su quinto pase de touchdown en lo que va de la temporada, lanzando a su ala cerrada AJ Barner para una anotación de 16 yardas. Además, sumó su segundo juego sin intercepciones, destacando su creciente confianza y conexión con el equipo.
Por su parte, Kyler Murray también dejó su huella, lanzando para 200 yardas con 27 pases completos de 41 intentos y contribuyendo con dos touchdowns, aunque también lanzó dos intercepciones que le dieron un giro dramático al juego.
Un partido para la historia
Este partido no solo fue una prueba de carácter para los Seahawks, sino que también mostró la pasión y la resiliencia que definen a esta franquicia en momentos de alta presión. El desenlace fue un recordatorio de que en el fútbol, cada jugada cuenta y la victoria a menudo se decide en el último suspiro. Sin duda, este emocionante encuentro quedará en la memoria de los aficionados y en los anales de la temporada.
