El histórico título número 18 para los Diablos Rojos del México está a la vista. En la víspera del arranque de la serie contra los Piratas de Campeche, un enfrentamiento decisivo correspondiente al Campeonato de la Zona Sur en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), la escuadra ‘escarlata’ llevó a cabo su último entrenamiento en el Estadio Alfredo Harp Helú, un escenario que ha visto tantos momentos memorables en la historia del béisbol mexicano.
Un escenario preparado para la historia
El manager Lorenzo Bundy, conocido por su honestidad y enfoque pragmático, se mostró cauteloso ante la posibilidad de ser considerados favoritos en una serie que no solo representa un nuevo reto, sino también la oportunidad de coronarse campeones por segundo año consecutivo.
“No me preocupa (nada en especial), pero los jugadores saben el compromiso que tenemos. Si queremos conseguir el título número 18, debemos vencer a Campeche aquí. Si no lo hacemos, tendremos que esperar”, dijo Bundy, resaltando la carga emocional que sostiene este desafío.
Lorenzo Bundy pide cautela y compromiso
Los Diablos Rojos, con un récord impresionante de 63 triunfos y 25 derrotas en la fase regular, han demostrado su poderío tanto en el terreno de juego como en la mente de sus competidores. Desde el inicio de la postemporada, han mantenido su racha invicta al derrotar con fuerza a Yucatán y Puebla. En contraparte, su oponente, Campeche, ha tenido un camino más complicado para llegar a este punto crucial.
“Tenemos la capacidad para llevar a cabo el trabajo. Ahora cada juego es una cuestión de vida o muerte”, agregó Bundy, reflejando la intensidad que caracteriza a los playoffs. “La química del equipo es excelente; cuando las cosas van bien, todos están felices. Estamos preparados para enfrentar lo que venga”. Sus palabras, cargadas de motivación y confianza, encierran la esencia de un grupo que lucha por dejar una huella imborrable en la historia del béisbol mexicano.
Intensidad y unión en la batalla por el título
Un elemento crucial en esta búsqueda de la gloria ha sido el extraordinario Robinson Canó. Jorge del Valle Mohar, gerente deportivo de la organización, resaltó la importancia de este ícono del béisbol. “Somos profesionales; el equipo sabe que esperaremos lo mejor de cada uno.
El proceso ha sido largo, y creo que Robinson representa la vieja escuela en el béisbol moderno y centra al grupo. Su entrega, siendo el primero en llegar y el último en irse, ha modificado la cultura de este equipo, convirtiéndola en una cultura organizacional”, expresó Del Valle, quien observa la influencia positiva que Canó ha tenido en los jugadores más jóvenes.
Robinson Canó, el líder que transformó la cultura del equipo
“Es un valioso complemento de grandes talentos, pero Robinson ha sido la punta de lanza. Veo que aún tiene un año más con nosotros”, concluyó el directivo, subrayando no solo el rendimiento de Canó, sino su papel como mentor y guía para las nuevas generaciones que están formando parte de esta gran familia escarlata.
A medida que la serie avanza, la expectativa crece: no solo se juega un título, sino también la representación de una pasión compartida y la esperanza de que el legado de los Diablos Rojos continúe. Las luces del estadio brillan más intensas con cada juego, mientras que los aficionados están listos para vivir otra emocionante travesía hacia la grandeza.
