En un emocionante Juego de Estrellas de la MLB en 2025, la Liga Nacional se llevó la victoria tras un electrizante desempate en forma de mini Home Run Derby. Las emociones estuvieron a flor de piel cuando el encuentro, que culminó 6-6 tras sus completas nueve entradas, requirió de esta competencia adicional. Eventualmente, el Viejo Circuito se impuso 4-3 sobre la Liga Americana, aunque los mexicanos Randy Arozarena y Jonathan Aranda, aunque presentes, no lograron destacarse en el momento crucial.
Paul Skenes hace historia desde la lomita
Truist Park estaba a rebosar con más de 40,000 aficionados, todos ansiosos por disfrutar de una jornada llena de acción. Para abrir el juego, Paul Skenes se subió a la lomita representando a la Nacional, y rápidamente hizo historia al convertirse en el primer lanzador en abrir un Juego de Estrellas en sus dos primeras temporadas en la MLB. Con dos ponches a su nombre, se deshizo de jugadores como Gleyber Torres y Hunter Greene, cerrando con un impresionante out ante Aaron Judge. Con cada lanzamiento y cada ponche, la multitud iba creciendo en energía.
Por otro lado, el abridor de la Liga Americana, Tarik Skubal, no tuvo el mismo buen inicio. Shohei Ohtani y Ronald Acuña lo golpearon desde el principio, posicionándose en bases. Justo después, Ketel Marte impulsó las primeras carreras del encuentro con un doblete que llevó a ambos corredores a casa, estableciendo de inmediato un marcador de 2-0 a favor de la Nacional.
Pete Alonso amplía la ventaja con un bombazo oportuno
Como es típico en este tipo de juegos, ambos equipos hicieron múltiples cambios para asegurar que todos los jugadores pudieran tener su momento de gloria. Un momento memorable fue cuando Skubal y su receptor, Cal Raleigh, realizaron el primer desafío de strikes-bolas en la historia del Juego de Estrellas. Utilizando la tecnología Hawk-Eye, se marcó un strike notable ante Manny Machado, evidenciando la evolución del deporte.
La Liga Americana no lograba encontrar ritmo y en el sexto inning, Arozarena tuvo su oportunidad al bate, pero fue eliminado por un rodado ante el lanzador de la Nacional. Sin embargo, la Nacional no desaprovechó la oportunidad de aumentar la ventaja, ya que Pete Alonso conectó un cuadrangular que trajo a Tatis Jr. y Donovan a casa, poniendo el marcador 5-0.
Los mexicanos responden y encienden la esperanza de la Americana
La respuesta de la Americana llegó más tarde. Con un par de mexicanos en el campo, Kirk y Aranda lograron conectar y llevar a casa a Rooker, quien también se unió a la fiesta con un jonrón que encendió la esperanza en la Nacional. Pero Arozarena, el orgullo de Tijuana, estuvo cerca de la remontada, aunque se quedó corto en sus intentos, siendo eliminado por un ponche en momentos decisivos.
Un punto culminante y significativo para el béisbol mexicano se vivió en la octava entrada, cuando por primera vez en la historia del Juego de Estrellas, cuatro mexicanos estuvieron juntos en el campo: Andrés Muñoz, Kirk, Aranda y Arozarena. Esta imagen reflejó no solo el crecimiento del talento mexicano en las grandes ligas, sino también una conexión emocional con todos los aficionados que seguían el juego.
Desenlace vibrante con Home Run Derby y un nuevo MVP
Finalmente, la Liga Americana empató el partido en el noveno inning, desatando vítores y emociones en las gradas. Sin embargo, cuando Arozarena tuvo la oportunidad de llevarse el juego, el destino le jugó una mala pasada y fue ponchado. La Nacional no se quedó atrás y buscó rápidamente ganar el juego, pero se vio forzada a un desempate.
Durante el desempate, la Nacional brilló con jugadores como Stowers, Schwarber y Alonso, quienes hicieron la diferencia, logrando incluso que Schwarber se adjudicara el MVP de la noche. La batalla fue reñida, pero al final, la Liga Nacional se alzó con el triunfo, celebrando un año más de talento, rivalidad y pura pasión por el béisbol.
Este Juego de Estrellas no solo fue una celebración del deporte, sino también una representación vibrante de la comunidad beisbolera, de sus raíces y de un futuro prometedor.
